martes, 9 de agosto de 2011

Siento por ti lo que nunca por nadie sentí

Le conoces del colegio, pero nunca habéis hablado. Aunque nunca has pensado en él como en una pareja, a veces has tenido ganas de hablar con él, "¿Cómo será?", piensas siempre que lo ves conectado, pero nunca tienes la valentía de descubrirlo. Y de repente un día te empieza a hablar "¿Qué hace este chico?", piensas, pero le contestas y empezáis a hablar, te hace bromas, te cuenta cosas, te ríes y le sigues las gracias. Te dice que le caes bien, tontea contigo y tú le sigues el rollo. Te dice que te quiere, y tú también y no sabe cuánto, que le gustas, pero no sabes a que sentido de "querer" se refiere así que no le dices nada. Te pasas las tardes delante de la pantalla del ordenador esperando a que se conecte, a que te hable, a que dé señales de vida. Cada día estás por delante de su clase, a ver si tienes suerte y hablas un rato con él, le sonríes, te sonríe, y parece que puedes volar. Entras en tu clase y, por mucho que lo intentes, no puedes centrarte en las explicaciones del profesor, él está en medio, en tu cabeza y no para de dar vueltas por ahí y piensas en si a él le pasa lo mismo contigo, aunque lo dudas, es dos años mayor que tú, ¿Cómo se iba a fijar en una enana? Y al final te das cuenta de una única cosa: La has cagado.
Empiezas riéndole las gracias y acabas pillada por él hasta las cejas, quedas avisada.