jueves, 26 de mayo de 2011

LAS COSAS CLARAS Y EL CHOCOLATE ESPESO

Vamos a dejar las cosas claras. Dios nos dio una vida por persona, es decir, cada uno puede vivir su propia vida a su puta manera. Y entonces me viene a mí una duda: Si cada uno tiene su propia vida, ¿por qué coño tenéis que meteros en la mía? Es que enserio, que no lo entiendo. Si me meto yo en la vuestra os molesta, me lo decís y no pasa nada. Ahora, si lo hacéis vosotros y me molesta a mí, madre mía, la que se monta si digo algo. Es mi vida, voy a hacer lo que quiera, os guste o no. Solo yo voy a decidir que camino tomar, si equivocarme o acertar… Porque, al fin y al cabo, a quien le afectará a lo largo del tiempo y la que tendrá que aguantar todo este peso sobre sus hombros, seré yo, y nadie más que yo. Así que dejadme elegir lo que quiero y lo que no quiero hacer. Puede ser que desde fuera las cosas se vean diferente, pero me la suda, me toca tres pies. Porque lo importante es lo que vea yo, desde aquí dentro y esto es lo que yo veo y lo que yo quiero hacer, y si tropiezo con la misma piedra seis mil quinientas veces, me da igual, estad segurísimos todos de que siempre me voy a levantar. Y al final pediré disculpas, diré gracias y mandaré a freír espárragos a quien toque. Pero mientras tanto voy a seguir igual y a quien no le guste carretera y manta.

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