jueves, 26 de mayo de 2011

No te odio, pero aléjate de mi vida

Si te digo la verdad, no te odio, pero si me preguntan diré que sí. Es lo más lógico, ¿no? Después de todo lo que me hiciste supongo que es lo mínimo que puedo hacer yo por ti. Sí, lo sé, en algunas cosas te ayudé, no te puse muy difícil lo de joderme, pero ¿sabes? Tú a mí también me lo pusiste fácil y yo me busqué el camino difícil e intenté ayudarte siempre, y eso lo sabes muy bien. Sé que ahora mismo no harías nada para ayudarme, sino todo lo contrario, pero me gustaría pedirte que... que me olvidaras. Sí, sí, eso mismo, olvídame, por favor, solo es eso. No es nada del otro mundo ¿no te parece? Además, no creo que sea tan difícil, me sustituiste por otra enseguida. Venga, pues ya puedes dar el segundo paso, ni mirarme, y si paso por tu clase y me paro, no te preocupes, ahora ya no es por ti. Y deja de mirarme con cara de asco, o de girar la cabeza bruscamente cuando tus amigotes te avisan de que estoy cerca. ¿Sabes una cosa? No hace falta intentes mirar lo que llevo escrito en la mano, ya no es tu nombre. No es pedir mucho, vamos, digo yo. Y si es pedir mucho, párate a pensar todo lo que hice por ti sin pedirte nada a cambio. ¿Me harás el favor?

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